jueves, 5 de junio de 2014

domingo, 25 de mayo de 2014

Muerte a la coeducación



Tal vez impresionados por la reacción popular ante el ataque contra Malala Yousafzai, los talibanes paquistaníes trataron de justificarse ayer. El mismo portavoz que el día anterior se responsabilizó del atentado, Ehsanullah Ehsan, aseguró que su grupo no había prohibido la educación para las niñas, pero que se oponía "a muerte a la coeducación y los sistemas laicos, así lo ordena la ley islámica". Solo que la coeducación no existe en Pakistán.

La experiencia contradice a Ehsan. Desde que los ultrapuritanos talibanes alcanzaron el poder en Afganistán a mediados de los años noventa del siglo pasado, cerraron todas las escuelas de niñas sin contemplaciones. A pesar de la influencia soviética, la coeducación nunca había llegado a implantarse en ese país extremadamente conservador, donde el principal problema era la falta de escuelas, sobre todo en los núcleos rurales. Algunas mujeres valientes organizaron clases clandestinas en sus domicilios. Era una actividad subversiva y perseguida.

Tras el bombardeo estadounidense de Afganistán (2001-2002), muchos talibanes hallaron refugio al otro lado de la frontera donde sus simpatizantes paquistaníes terminaron por emularles. Las quemas y saboteos de escuelas de niñas en las regiones tribales de Waziristán del Norte y del Sur, donde los radicales tienen su cuartel general, han dejado de ser noticia porque ya no quedan más centros por destruir.

Lo mismo sucedió cuando los talibanes del valle del Swat, una de las facciones del Movimiento Talibán de Pakistán (Tehrik-e-Taliban Pakistan, TTP), se hicieron con el control de esa comarca entre 2007 y 2009. En enero de ese año, un informe militar aseguraba que los talibanes habían decapitado a 13 niñas, destruido 170 escuelas y puesto bombas en otras cinco. Tampoco allí había colegios mixtos como no los hay en el resto del país.

A menudo se ha atribuido la desigualdad en la escolarización de las niñas paquistaníes a factores religiosos y culturales. Sin embargo, los esfuerzos realizados en los últimos años por ONG y grupos religiosos en áreas remotas del país, han demostrado que incluso las comunidades más conservadoras están dispuestas a enviar a sus hijas a la escuela si se cubren sus necesidades (proximidad a sus domicilios, horarios compatibles con las exigencias familiares y formación profesional). De hecho, al acabar la primaria, muchas continúan en las madrazas (escuelas islámicas) porque facilitan alojamiento.

En los últimos años, los talibanes de Afganistán parecen haber evolucionado y hay indicios de que aceptan la escolarización de las pequeñas. Sin embargo, su visión del mundo, calcada de la interpretación puritana y patriarcal del islam beduino que Arabia Saudí ha difundido por el mundo, es un impedimento a la educación de las niñas y va contra los valores de igualdad que promueve la democracia.

( Angeles Espinosa, El País )


jueves, 19 de septiembre de 2013

sábado, 6 de julio de 2013

¿Quién parió a los hombres...?

Maryam Bibi

Maryam Bibi nació en 1950 en Waziristán del Norte, es decir, en una de las zonas más atrasadas de Pakistán, una región tribal pastún fronteriza con Afganistán donde aún imperan caducos códigos de honor y un opresivo sistema patriarcal que considera a las mujeres otra propiedad familiar más. Una tierra dura, y endurecida, donde el 65% de la población vive en la miseria y que se ha convertido en un reducto talibán.

“Incluso hoy uno se pregunta quién ha parido a los hombres porque no se ve una sola mujer en las calles”, comenta con retranca Maryam. Bibi no es apellido sino un tratamiento de cortesía.

Maryam estaba condenada como el resto de las mujeres de su tribu, los Wazir, a vivir encerrada en casa a partir de la primera regla, a un matrimonio temprano, a muchos hijos y, quién sabe si a una muerte antes de tiempo por falta de atención médica. Sin embargo, esta orgullosa madre de cuatro hijos dirige una ONG de ayuda a la mujer y, ya abuela, se ha sacado un máster en Política Social.

“Mi padre era hijo de la cuarta esposa de mi abuelo y, al quedar huérfano muy joven, tuvo que buscarse la vida. Así empezó a trabajar para los británicos, se formó y, tras la independencia, entró en la Administración pública”, cuenta Maryam para explicar cómo en una época en la que ninguna mujer de su tribu iba a la escuela, ella y sus hermanas fueron educadas.

La decisión no fue fácil. Al conflicto con los parientes le siguieron las tensiones familiares. En Peshawar, donde el padre trabajaba, las niñas querían ir de picnic con sus compañeras de clase y el asunto desbordaba al progenitor. “Quiero daros una educación, no que os convirtáis en unas cualquiera”, nos decía. “¿Cómo podía separar la educación de la cultura y la vida? Aun así, con el tiempo he comprendido que, a pesar de las restricciones, fui muy afortunada”.

La paquistaní se negó a vivir encerrada y trabaja para ayudar a las mujeres pastunes

Lo que no pudo evitar Maryam fue que la casaran a los 20 años con un primo 17 años mayor. “Era la costumbre y yo quería tener un vestido bonito”, recuerda. Pero pronto descubriría que el hombre sufría de esquizofrenia. Empezó a golpearla, no trabajaba y había cuatro bocas que alimentar. Fue así como, tras vencer la resistencia de su familia política, con la que, siguiendo la tradición, se habían ido a vivir tras la boda, empezó a pensar cómo ganar algún dinero. Tras varios proyectos fallidos, logró su primer empleo con la agencia alemana de cooperación GTZ como consejera de planificación familiar.

“Había recibido educación, pero me faltaba confianza en mí misma. En ese trabajo la adquirí y vi la diferencia con las mujeres a las que visitaba”, señala. Así que cuando terminó el proyecto, en 1993, se lanzó a la aventura de crear Kwendo Kor, la Casa de las Hermanas en pastún, para capacitar a las mujeres de las zonas rurales con escuelas, centros de formación profesional y atención sanitaria. Desde entonces, recibe amenazas de muerte casi diarias, a pesar de lo cual no tiene protección oficial. Pero no se amilana, como no se amilanó cuando, en 2001, tuvo la posibilidad de cursar su máster en Reino Unido. O cuando, en 2009, estuvo entre quienes se reunieron con Hillary Clinton durante su visita a Pakistán.

(Angeles Espinosa: El País  24 junio 2013  Islamabad)

viernes, 17 de mayo de 2013

Tres de cada diez adolescentes rechazan...


Un estudio de la Fundación Triángulo revela las reticencias entre alumnos de ESO. Un 13% de los que admiten ser homosexuales afirma haber sido agredido.  

Tal día como hoy, hace 23 años, la Organización Mundial de la Salud (OMS)eliminó de la lista de enfermedades mentales la homosexualidad. Por eso el 17 de mayo se celebra el Día de la lucha contra la homofobia, una patología social no del todo erradicada pese a los avances sociales y legales. La evolución cívica es innegable pero a veces surgen datos que revelan que queda aún un largo camino por recorrer. La Fundación Triángulo ha realizado un estudio entre los alumnos sevillanos de Secundaria, con una muestra de 1.200 encuestas a escolares de 12 a 16 años en institutos públicos, y los primeros datos provisionales hacen al menos pensar. Un 30% de los sondeados expresan rechazo a tener un compañero o amigo homosexual y un 13% de los que declaran serlo (alrededor de un 10% del total) admite haber sufrido alguna agresión física por ello. 

Pese a que la asociación que ha realizado el estudio, que se presentará completo en las próximas semanas y que incluye en total cerca de 3.000 encuestas en toda Andalucía, pone el acento en la aceptación existente en el 70% de los alumnos, admite que el hecho de que uno de cada tres sevillanos que representan el futuro aún muestren esas reticencias sigue siendo un dato “preocupante” y “elevado”. 

Es cierto que ese 30% incluye a aquellos que rechazan de plano contar en su círculo con amigos gays o lesbianas, los menos, y otros que responden que “no les importarían pero preferirían no tener complicaciones”, explicó su portavoz, Raúl del Río. Aseguró además que muchas encuestas fueron hechas en grupo, lo cual puede condicionar en parte la respuesta en un sentido y otro. 

Respecto al tema de la violencia física, es aún más problemático saber el alcance porque existe mayor reticencia por vergüenza a reconocerlo. Del Río también alertó de que el dato del 10% de escolares homosexuales o lesbianas “en una estimación” a partir de “múltiples variables” porque “hay que delimitar quién se considera gay o lesbiana, ¿el que ha tenido alguna relación de este tipo?, ¿el que se ha sentido alguna vez atraído por alguien de su mismo sexo? Es complicado y se hace la estimación cruzando respuestas a través de preguntas directas e indirectas”. 

Esta Fundación, junto a las organizaciones Adriano Antinoo, Asociación Deportiva LGTB del Sur, Acción Diversa y DeFrente, han constituido la Plataforma 28 de junio, presentada ayer, cuyo objetivo es trabajar conjuntamente e invitar a los partidos, sindicatos y entidades sociales a participar activamente y no solo “como invitados” en la organización de la manifestación del Orgullo Gay, que este año se celebrará el día 29 de junio aunque el lema y el recorrido se decidirán entre todos. 

jueves, 7 de marzo de 2013



Un 8 de marzo de 1857, un grupo de obreras textiles tomó la decisión de salir a las calles de Nueva York a protestar por las míseras condiciones en las que trabajaban.

Distintos movimientos se sucedieron a partir de esa fecha. El 5 de marzo de 1908, Nueva York fue escenario de nuevo de una huelga polémica para aquellos tiempos. Un grupo de mujeres reclamaba la igualdad salarial, la disminución de la jornada laboral a 10 horas y un tiempo para poder dar de mamar a sus hijos. Durante esa huelga, perecieron más de un centenar de mujeres quemadas en una fábrica de Sirtwoot Cotton, en un incendio que se atribuyó al dueño de la fábrica como respuesta a la huelga.

En 1910, durante la Segunda Conferencia Internacional de Mujeres Trabajadoras celebrada en Copenhague (Dinamarca) más de 100 mujeres aprobaron declarar el 8 de marzo como Día Internacional de la Mujer Trabajadora.

jueves, 29 de noviembre de 2012

Decapitan a una joven afgana de 15 años


Una chica de quince años ha muerto decapitada en Afganistán tras rechazar casarse con uno de sus parientes en el norte del país. 

El asesinato ocurrió el miércoles en el distrito de Khanabad, de la provincia norteña de Kunduz. El asesino es su primo y pretendiente Sadeq, quien, acompañado de un amigo, la atacó con un cuchillo cuando traía agua para su familia, de acuerdo con Hosseini. 

El padre de la chica había rechazado en varias ocasiones las pretensiones matrimoniales de la familia de Sadeq, con el argumento de que la chica era todavía demasiado joven para casarse.